Estado Intermedio y Renacimiento (2da parte)
- agosto 16, 2010
- by
- (Karma Kunga Drölma).
Inmediatamente se inicia el estado intermedio, con la excepción de aquellos que renacen en los reinos sin forma de espacio infinito, de conciencia infinita, de “la no existencia” o cima de la existencia cíclica, para quienes la nueva vida se inicia de inmediato, enseguida de la muerte. Aquellos que nacen en los reinos del deseo y de la forma tienen que pasar por un estado intermedio, durante el cual el ser tiene la forma de la persona que llegará ser una vez que renazca. El ser intermedio tiene todos sus cinco sentidos, pero además, es clarividente, indestructible y posee la habilidad de desplazarse a donde quiera al instante. El o ella, ve a los seres intermedios de su mismo tipo - ser del infierno, espíritu hambriento, animal, humano, semidiós o dios - y puede ser visto por clarividentes.
Pasados siete días, si uno no encuentra un sitio apropiado de nacimiento conforme a sus predisposiciones, le ocurrirá una pequeña muerte, renaciendo en otro estado intermedio.
Esto puede suceder como máximo seis veces, con un resultado máximo de 49 días de duración en el estado intermedio.
El Renacimiento
Esto significa que aquellos seres que después de un año de haber muerto se dan cuenta que no han encontrado un lugar de nacimiento, no están en el estado intermedio sino que han nacido como espíritus.
Si se va a renacer como humano, uno ve que su padre y su madre futuros están acostados. Si uno va a renacer hombre esta visión le genera deseo por la madre y odio por el padre; y si uno va a renacer como mujer sucede lo contrario. Al estar deseoso, uno corre hacia allí para tener sexo pero tan pronto llega lo único que ve es el órgano sexual de la pareja deseada. Esto genera ira, la que hace que el estado intermedio termine haciendo la conexión con la nueva vida. Uno ha entrado al vientre de su madre y se inicia una vida humana. Cuando el semen del padre y la sangre de la madre se unen con esta vida o conciencia, ellos, en forma gradual y natural, se irán desarrollando en los elementos de un humano.
El deseo lo atrae a uno hacia su futuro sitio de renacimiento, incluso si se trata del infierno. Por ejemplo, un carnicero podrá ver ovejas a la distancia como si fuese un sueño y afanosamente llegará allí para matarlas. Pero la aparición se desvanecerá generándole rabia, lo cual hará que el estado intermedio se termine, comenzando su nueva vida en el infierno. Igualmente, como ya se dijo, aquellos que vayan a renacer en infiernos calientes, se sienten atraídos por el calor, y si es en infiernos fríos son atraídos por el frío. El estado intermedio de alguien que va a tener un mal renacimiento es en sí mismo muy aterrador. Al final, uno corre hacia el lugar de renacimiento y cuando su deseo no logra realizarse, siente ira, con lo cual el estado intermedio finaliza iniciándose la nueva vida.
La conexión con una vida se hace, entonces, bajo la influencia del deseo, el odio y la ignorancia. Mientras que estas aflicciones no sean superadas, uno está como atado a unas cadenas careciendo de libertad. Es cierto que existen buenos y malos renacimientos, pero mientras uno permanezca atado, tendrá que aguantar la carga de los agregados físicos y mentales que están bajo la influencia de acciones contaminadas y aflicciones. Esto no sucede sólo una vez, sino que se repite sin descanso una y otra vez.
Para superar los sufrimientos del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte, tienen que ser vencidos el deseo, el odio y la confusión. Su origen, a su vez, es la ignorancia - la concepción de una existencia inherente en las personas y en los otros fenómenos- .
Las medicinas externas alivian superficialmente los sufrimientos pero no pueden curar el problema central. Las prácticas internas -tales como recurrir a antídotos específicos para el deseo y el odio- son más beneficiosos, pero sus efectos son temporales. Sin embargo, si uno destruye la ignorancia -su raíz-, entonces todos ellos cesan de buen grado.
Si se elimina la ignorancia, entonces son detenidas las acciones contaminadas que dependen de ésta.
Más aún, sin ignorancia, el apego que fortalece las predisposiciones establecidas por acciones anteriores deja de operar, con lo cual, el ciclo de renacimientos incontrolados es terminado.
Del texto: "Muerte, Estado Intermedio y Renacimiento"
Su Santidad el decimocuarto Dalai Lama
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